Los eclipses de Luna

Los eclipses lunares son siempre momentos de gran expectación que aparecen rodeados de un aura de misterio, quizá debido a su poca frecuencia o quizá por el desconocimiento de la mecánica de estos fenómenos. En cualquier caso, somos muchas personas quienes alzamos la mirada al cielo nocturno para deleitarnos ante el espectáculo que se proyecta en nuestro firmamento durante unas cuantas horas. En esta entrada descubrirás algunos datos sobre ellos que quizá desconocías.


¿Qué es realmente un eclipse lunar? Se trata de un evento astronómico que solamente se produce cuando la Tierra se interpone entre la Luna y el Sol proyectando así una sombra sobre la Luna. El resultado de esta alineación es que nuestro satélite queda parcial o totalmente oscurecido durante unas cuantas horas.

Los eclipses lunares son bastante accesibles para la mayoría de las personas interesadas en la Astronomía, ya que pueden verse desde cualquier punto del planeta en el que sea noche, tienen varias horas de duración y pueden contemplarse a simple vista, sin necesidad de protecciones oculares o telescopios de alta precisión. A pesar de que ocurren varios a lo largo del año, los más observados son aquellos que tienen lugar durante las noches de verano, cuando mucha gente se encuentra de vacaciones y puede permitirse trasnochar o madrugar para disfrutar de un fenómeno tan especial.

No todos los eclipses son iguales, sino que existen tres tipos de eclipses de Luna en función de la posición de nuestro satélite con respecto al Sol y la Tierra. Los eclipses penumbrales tienen lugar cuando la Luna pasa a través de la zona de penumbra terrestre, lo cual ocasiona un sutil oscurecimiento en la superficie de nuestro satélite. Los eclipses parciales y totales se producen cuando la Luna atraviesa la zona de umbra, pero hay algunas diferencias entre ambos. Los eclipses parciales se producen cuando solamente una parte de la Luna queda oscurecida, siendo visible la otra parte durante todo el eclipse, mientras que eclipses totales tienen lugar toda la superficie lunar es oscurecida por la sombra de la Tierra.


Pero si hay algo que nos llama la atención de los eclipses lunares es la tonalidad de la Luna, que adquiere un color rojizo. Esto sucede porque la Tierra bloquea la luz que llega a la Luna durante un eclipse, pero las numerosas partículas de nuestra atmósfera actúan conjuntamente como una lente que desvía ligeramente la luz hacia la Luna. En este proceso entra en juego un curioso fenómeno conocido como la dispersión de Rayleigh, según el cual la luz es dispersada por las partículas de polvo y gases de la atmósfera, pero no todos los colores son dispersados de la misma forma. La luz de tonos azulados, verdosos o violáceos se dispersa con mucha más facilidad que la de tonos rojos y anaranjados, por lo que es esta última la que atraviesa la atmósfera y llega hasta nosotros,haciéndonos percibir la Luna de color rojizo.

¿Has contemplado alguna vez un eclipse lunar? ¿Sabías cómo se producían estos espectáculos nocturnos que el universo nos ofrece? Déjame tus impresiones tras leer este artículo en un comentario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario