Las medusas más comunes de nuestras playas (Parte II)

Además de los escifozoos, también hay otros organismos comúnmente llamados medusas, aunque en realidad no lo son: los hidrozoos. Esta clase de cnidarios pasan por dos fases durante su desarrollo vital: la fase pólipo y la fase medusa, que dan lugar a individuos muy variados, así como a auténticas colonias de hidrozoos que forman una estructura parecida a un animal, como ocurre con la carabela portuguesa. Al igual que las verdaderas medusas, los hidrozoos también poseen de cnidoblastos, unas células que segregan una sustancia urticante utilizada para la defensa y la captura de presas.

Los hidrozoos son también bastante abundantes en nuestras playas y algunos de ellos pueden causar verdaderos problemas a las personas afectadas por sus picaduras. En esta entrada encontrarás los más conocidos para que puedas identificarlos y conocer su peligrosidad.


Aequorea forskalea (Medusa gelatina cristal) 

La Aequorea forskalea es una medusa pequeña: su umbrela, transparente y con forma de sombrilla, alcanza un diámetro comprendido entre 5 y 15 centímetros, aunque se han detectado algunos ejemplares más grandes. El rasgo característico que permite identificar esta medusa son los abundantes canales radiales que surgen desde el centro hasta los extremos de la umbrela. Posee numerosos tentáculos muy largos y finos, y su cavidad oral tiene forma triangular. Es una medusa bioluminiscente. 

Esta especie es habitual en el Océano Atlántico, aunque en los últimos años se han avistado poblaciones en levante español. Puede verse en alta mar, pero también aparece masivamente en la línea de costa. 

Peligrosidad: la Aequorea forskalea resulta totalmente inofensiva para el ser humano, ya que no produce picaduras. 


Physalia physalis (Carabela portuguesa) 

La Physalia physalis es un cnidario que recuerda a una medusa, pero en realidad se trata de un hidrozoo formado por una colonia de pólipos especializados formando un único cuerpo. La parte superior es un flotador y recibe el nombre de neumatóforo, mide unos 15-30 centímetros y constituye una bolsa gelatinosa de color azulado o morado rellena de gas y rematada por una vela que se usa para el desplazamiento de la colonia gracias a la acción del viento. Bajo el agua se aprecian una especie de tentáculos, que en realidad son diversos tipos de pólipos encargados de la digestión, la defensa y la reproducción de la colonia. Estos tentáculos suelen medir 10 metros de largo, aunque se han registrado ejemplares con una longitud de 50 metros. 

Suele habitar en las aguas de zonas cálidas del planeta, aunque cada vez se observa con más frecuencia en el Océano Atlántico. A pesar de que el Mar Mediterráneo no es un medio adecuado para su reproducción, pueden encontrarse algunos ejemplares cuando éstos atraviesan el estrecho de Gibraltar. 

Peligrosidad: la Physalia physalis es uno de los cnidarios más peligrosos de nuestras costas. Sus largos tentáculos suelen implicar una picadura con amplia superficie de contacto, que produce un dolor muy agudo y continuado. Su veneno ocasiona complicaciones neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas que pueden ocasionar un shock neurálgico, con el consecuente riesgo de ahogamiento. Se han registrado casos de muerte por parada cardíaca debido a la acción del potente veneno de la carabela portuguesa.


Porpita porpita (Medusa botón azul) 

Al igual que la carabela portuguesa, la Porpita porpita es un organismo formado por una colonia de hidrozoos especializados. El aspecto del flotador recuerda a un pequeño botón de color azul intenso que tiene un diámetro comprendido entre 2 y 5 centímetros de diámetro del cual salen unas estructuras parecidas a tentáculos de tonalidades verdeazuladas. 

El Mar Mediterráneo es un hábitat ideal para esta pequeña medusa debido a sus cálidas aguas. Aunque en general suele vivir mar adentro, como tienen un flotador que las mantiene en la superficie, las corrientes las acercan a la orilla, donde aparecen por centenares causando daños a los bañistas. 

Peligrosidad: aunque la Porpita porpita es una medusa pequeña, el veneno inyectado por su picadura produce un dolor intenso y causa irritaciones en la piel que pueden durar varios días. 


Turritopsis nutricula (Medusa inmortal) 

La Turritopsis nutricula es una minúscula medusa con una umbrela transparente que no supera los 5 milímetros de diámetro en estado adulto. Puede llegar a tener un centenar de finísimos tentáculos. Recibe el nombre de medusa inmortal porque puede revertir su estado adulto a la forma juvenil en fase de pólipo una vez que ha alcanzado la madurez sexual. De este pólipo nacerán nuevas medusas, de forma que puede perpetuarse fácilmente. 

Esta pequeña medusa prefiere los mares y océanos de aguas templadas y tropicales. En el Mar Mediterráneo se han detectado poblaciones en las costas de Italia y España. 

Peligrosidad: Se sabe que posee cnidoblastos, por lo que biológicamente puede picar y ocasionar daños a sus depredadores y presas, pero no hay demasiada información al respecto. 


Velella velella (Medusa velero) 

La Velella velella es un organismo formado por una colonia de hidrozoos especializados que adquiere el aspecto de una medusa pequeña con un tamaño comprendido entre 1 y 8 centímetros. El flotador es de color azul intenso y posee una vela que permite a esta colonia desplazarse mediante propulsión sobre la superficie del mar gracias a la acción del viento. Bajo el flotador se encuentra la colonia de hidrozoos, que tiene un aspecto de tentáculos pequeños. Esta colonia es la forma pólipo (aunque comúnmente de le llame medusa), mientras que fase medusa de estos organismos es muy pequeña, con tan solo dos milímetros de diámetro. 

Esta medusa se encuentra prácticamente en todos los mares y océanos, mostrando especial preferencia por los templados y cálidos. Como se encuentran a merced de los vientos, suelen terminar varadas en las costas durante el invierno y la primavera, cuando son más frecuentes. 

Peligrosidad: la Velella velella es prácticamente inofensiva debido a que sus células urticantes no afectan a la mayoría de las personas. En el peor de los casos puede percibirse un ligero picor, aunque conviene evitar el contacto con heridas o pieles sensibles. 












Bibliografía

Hickman, C., I'Anson, H., Keen, S., Prados Martínez, F., & Roberts, L. (2013). Principios integrales de zoología. Madrid: McGraw Hill. 

Medusas del Mediterráneo y del Atlántico – Revista Open Swim. (2018). 
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Medusas: características, morfología, alimentación, hábitat y especies. (2018). 
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Species - Jellyfish Research South Spain. (2018).
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